Una mujer solitaria entabla amistad con un grupo de adolescentes y decide invitarles a una fiesta en su casa. Justo cuando los jóvenes piensan que su suerte no puede ir a mejor, una serie de extraños acontecimientos comienzan a suceder, poniendo en tela de juicio las intenciones de su nueva y misteriosa amiga.
Hay dos cosas con las que ‘El Sótano de Ma’ juega estupendamente y que evita, estratégicamente, que el espectador piense que está viendo una solemne tontería. Porque en el fondo lo es, en el fondo todas las explicaciones están pilladas por los pelos, pero al menos ha conseguido entretenerme.
La primera es Octavia Spencer, comodísima como la villana de la función y elemento puramente desconcertante desde el primer encuentro de los protagonistas con ella. Es una actriz muy sólida, que derrocha simpatía cuando debe hacerlo y mal rollo con un cambio repentino en su rostro.
La segunda, es que aunque puedas oler por dónde van a ir los tiros y giros escondidos, no terminas de saber qué va a suceder del todo. Desconozco si el tráiler, de lo que huyo últimamente, contaba más de la cuenta, pero al no saber exactamente qué tipo de producto me iba a encontrar, ha conseguido engancharme a la butaca durante su ajustado metraje.
Que sí, que no voy a negar que hay subtramas cerradas de golpe sin una mayor explicación y que hubieran agradecido de un par de minutos de diálogo, como la hija o alguna muerte repentina atada a la cama, pero el hecho es que no me he aburrido ni un instante.
Se nota en el CGI del fuego final que ‘El sótano de Ma’ es una cinta de ajustado presupuesto, pero de pequeñas pretensiones que consigue su objetivo. Suficiente.
El Alquimista Cinéfilo 