Cole, un tipo campechano, se enamora perdidamente de la emigmática Sadie, quien, para su enorme sorpresa, resulta ser una agente secreta. Antes de que pueda surgir una segunda cita, los dos deben embarcarse en una aventura internacional para salvar el mundo.
Lo he intentado, de verdad que lo he intentado. Lo bien que me caen sus dos protagonistas ha hecho que intentase, por todos los medios, darla una oportunidad. Pero es que es imposible, esto no hay forma de levantarlo o comprarlo.
Chico «campechano» como el rey conoce a chica despampanante capaz de ganarle una carrera subiendo por las escaleras. Se enamoran, guapos y bonitos ellos se juran amor eterno hasta que ella desaparece… y él, tras ir en su busca, descubre que ella es una agente secreta envuelta en una peligrosa misión.
Empezando por la presentación de los personajes, bastante sosita, con sus dos protagonistas haciendo básicamente de ellos dos, pues el invento no empieza excesivamente bien. Seguimos con la historia de amor, que se cree casi épica y luego pasando prácticamente a la comedia de acción con toques muy, pero que muy absurdos. Es decir, el contraste drástico de géneros no la hace nada bien.
Adrien Brody y algún que otro secundario amigo del ‘Capitán América’ desfilan por el film para intentar poner en problemas a la pareja en una absurda y convencional trama que se desinfla antes de empezar.
Imposible comprarla.