El problema de los 3 cuerpos: El problema de que no enganche

Una decisión tomada en China en los años 60 trasciende el tiempo y el espacio, obligando a unos científicos a afrontar la peor amenaza para la humanidad en el presente.

Soy un tipo fácil, me engancho con cualquier cosa. Veo en la tele un programa de remodelación de casas y, en seguida, quiero saber cómo los dichosos gemelos van a «reconstruir» ese hogar. Veo uno de pesadillas estéticas y me quedo a ver el resultado final. Pillo una serie de Netflix y la veo con todas las consecuencias, aunque sea rematadamente mala. 

No me preguntéis muy bien porqué, pero ‘El problema de los tres cuerpos’ la he abandonado en el tercer episodio con la sensación de que he perdido tres horas de mi vida. Creo que le he dado tiempo suficiente a una serie cuya primera temporada apenas son ocho como para desarrollar sus personajes y generar la intriga suficiente como para que quiera pasar inmediatamente al siguiente episodio. Pero aquí, no sé si porque me estoy haciendo viejo o porqué, no me ha sucedido.

No me llama nada la atención, ni la supuesta cuenta atrás ni los misterios detrás de los científicos desaparecidos. Lo que cuenta no me agarra, no me sacude, no me apasiona y, así, es imposible quererla.

El diseño de producción estupendo, la trama y todo lo demás me da bastante igual.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.