Un hombre irrumpe en la casa de vacaciones vacía de un multimillonario, pero todo se tuerce cuando él y su esposa llegan en un plan de última hora.
Un extraño se cuela en la casa de un rico y joven empresario de éxito. Cuando esperaba encontrarse el domicilio solo para él, los dueños regresan pillándole con las manos en la masa. Pronto tendrá que ir improvisando un secuestro que se irá complicando más y más.
A partir de esta aparentemente sencilla premisa y con el buen hacer de tres actores comprometidos y esforzados que, además, intentan salir de su zona de confort (Plemons está muy bien, pero me parece mencionable y sorprendente lo de Collins y Segel), ‘Windfall’, aunque cuenta con altibajos en la narración, termina pareciéndome una película de lo más interesante.
Es una lástima que haya un pequeño valle en torno a los tres cuartos de hora, porque de haber metido una pequeña secuencia o giro ahí, hablaríamos de un filme superior. El montaje, permitiendo una narración pausada, tampoco ayuda a disimular esos minutos donde la acción pide a gritos un pequeño cambio o novedad que ayude a recobrar el interés en lo que está sucediendo en pantalla. Aquí, la película se vuelve un poco plomiza y pierde un fuelle que había ganado a pulso y que recupera en su gran media hora final.
Veo el nombre de Andrew Kevin Walker en labores de guión, no sé hasta qué punto si solo corrección o escrito junto a Justin Lader, Charlie McDowell y el propio Jason Segel, pero me cuadra y encanta porque noto además sello suyo en el libreto, en especial en su cacareado y tan bien ejecutado final. Sus tres personajes principales están muy bien descritos y, como digo, los actores ponen de su parte para hacerlos suyos.
Aunque podría enmarcarse en el subgénero de las “home invasion” que se han puesto tan de moda recientemente, ‘Windfall’ es algo distinto, diferente y refrescante que, si te logra enganchar por completo como fue mi caso, os distraerá la tarde.
El Alquimista Cinéfilo 