Los niños de Winton: Fantasmas del pasado

Un joven corredor de bolsa británico, Nicholas «Nicky» Winton, ayudó a rescatar a cientos de niños de los nazis en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de su madre. Un acto de compasión casi olvidado durante 50 años, y del que Nicky vive atormentado por los fantasmas de los niños a los que no pudo rescatar, culpándose por no haber hecho más.

Basada en hechos reales, el anciano, Nicholas Winton rescató a casi 700 niños de origen judío refugiados en Praga durante la Segunda Guerra Mundial, recordándome inmediatamente a aquella famosa frase de ‘La lista de Schindler’ quien salva una vida salva el mundo entero. Pero, como siempre, los fantasmas del pasado terminan llamando a la puerta: ¿Y si hubiera podido salvar a alguno más?

Hawes nos relata la historia mediante el uso de dos líneas temporales, las de la juventud y ancianidad de Winton. El director le mete buen ritmo a la narración y se agradece ver una película que no se detiene en cada mínimo detalle para que el metraje se vaya a las tres horas. Además, es capaz de, con el material que tiene, evitar el drama facilón y dirige con acierto los momentos más potentes del filme.

La gran pega que tiene es que, en el fondo tenemos la sensación de estar viendo dos películas en una e, inevitablemente por su carisma, gana la partida la parte protagonizada por Anthony Hopkins, que, hasta con el piloto automático, me conquista. Porque, la verdad, el rol que tiene le viene como anillo al dedo. 

Una película interesante que, seguro, tocará el corazón de más de uno.

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