Ted Lasso (T3): Era el momento de dejarlo

El AFC Richmond se enfrenta a uno de sus principales miedos tras ascender a la primera división: hacer el ridículo. Los medios de comunicación lo sitúan en el último lugar de la Premier League y, por si fuera poco, Nate se ha ido a trabajar para Rupert en el West Ham United.

Si habéis llegado hasta esta última temporada de Ted Lasso, probablemente tengamos la misma impresión. La has terminado, estas satisfecho y verías más capítulos, pero sabes perfectamente que era el momento de dejarlo. Y los responsables de la serie también.

¿Cuántas veces se ha manchado el nombre de una serie por estirarla innecesariamente o por querer rodar una última entrega para estirar el chicle? Muchísimas, por eso, el desenlace visto en esta tercera temporada me deja un gratísimo sabor de boca y la sensación de que hemos estado ante una de las mejores series de los últimos años.

A pesar de que ahora los episodios han durado el doble que al principio, apenas se ha notado el cambio ya que los personajes, ahora que los conocemos más, necesitaban más para desarrollar las tramas paralelas que se han ido dando, como la de Keeley y su empresa o todo lo que ha terminado involucrando a Nate. Pero la temporada ha dado, incluso, para conocer a una suerte de Zlatan Ibrahimovic o revolucionar el juego del equipo con el tiki-taka (y darnos, de paso, uno de los capítulos más divertidos de la temporada).

Así, el resultado es que he terminado de verla con la misma sonrisa que ha dejado Jason Sudeikis la serie en su último plano. Ted ya se un colega más, un profesional de primera que ha llevado al Richmond hasta donde nunca imaginaron que podían llegar. El club, se aúpa entre mis favoritos con un once inicial que casi me sé de memoria y la sensación de que terminaré volviéndola a ver en algún momento de mi vida.

Hasta siempre amigo, ha sido un verdadero placer conocerte.

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