Durante un viaje interestelar, un carguero espacial sufre una avería a causa de una tormenta de asteroides, viéndose obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia en el que muere parte del pasaje. Un asesino muy peligroso, Riddick, que formaba parte de la carga, huye del lugar dejando a los supervivientes con dos preocupaciones, él y unas peligrosas criaturas nocturnas que salen a la superficie cuando los tres soles del planeta se oscurecen a causa de un eclipse.
Siempre que me apetece volver a ver las primeras hazañas de Riddick en el cine, me pasa lo mismo. A parte de tener el que, probablemente, sea el peor poster de una película de ciencia ficción, cuando ‘Pitch Black’ arranca lo hace una forma un tanto dubitativa. No hay vez que no la vea que piense que su parte «luminosa» es decepcionante, fea o poco atractiva. No sé si es el empeño que tiene su director David Twohy o el arranque de la idea, con ese rocambolesco planeta y situación pero sus primeros minutos son bastante pesados y poco atractivos.
Menos mal que el guión contaba con un punto fuerte que resultaba ser de lo más poderoso: Riddick. Sin duda, cuando estaban haciendo el guión no se habían dado cuenta de que era un caramelo de personaje que, en las manos adecuadas, podía ser un auténtico filón. ¿Qué el personaje de Radha Mitchell tiene problemas internos o Cole Hauser quiere hacerse el chulo? ¡Me da igual! Ahí está ese asesino sanguinario. Riddick, sumado a un Vin Diesel antes de «endiosarse» con la saga de los coches, es lo que más te va a llamar la atención y lo que va a conseguir que, realmente, te quedes a ver lo que viene después.
Luego sí, cuando aparece la oscuridad y los monstruos acechan, ‘Pitch Black’ es un verdadero disfrute que dejará más que satisfechos a todos los fans de la ciencia ficción / terror espacial que hay por el mundo. Es más, diría que es capaz de ir in crescendo hasta conseguir dar un más que digno final a tal invento.
Si os quedáis por Riddick, no os va a decepcionar.
El Alquimista Cinéfilo 