Un ladrón de tumbas le echa el ojo a las riquezas del recién llegado al cementerio. Pero para conseguirlas deberá vérselas con un laberinto de túneles (y con las ratas).
Aunque ha sido, sin duda, el más «asqueroso» de los episodios, estamos ante un buen ejemplo de lo que esta serie es capaz de dar. En manos del talentoso Vincenzo Natali, viajamos hasta las profundidades de la tierra en busca de tesoros escondidos, de la mano de un ladrón de tumbas obsesionado con que las ratas le están quitando el pan de cada día.
Es uno de los episodios más cortos de la temporada, pero también de los más entretenidos. Con David Hewlett de protagonista y Natali haciéndole la vida imposible, el episodio funciona perfectamente como entretenimiento pasajero.
Me ha gustado.