Una famosa personalidad de las redes sociales viaja con sus amigos a Moscú para grabar nuevo contenido para su exitoso canal. Buscando vivir las situaciones más extremas con el fin de conseguir nuevos espectadores, el grupo se adentra en un mundo de misterio, excesos y peligro. Cuando la línea entre la vida real y la social se difumina, al grupo no le quedará otro remedio que luchar para garantizar su propia supervivencia.
El instagramer, tik-toker o influencer de turno protagonista de la historia viaja con su pandilla de amigos hasta Rusia para participar en un Escape Room único en su especie y que promete emociones bastante fuertes. Suena como una fantástica ideal retransmitir en directo a todos sus seguidores cómo superan las diferentes pruebas y, de paso ganan adeptos y unos cuantos “likes”. El caso es que los siniestros juegos tienen toques muy macabros y realistas que hacen pensar en que se están cruzando las líneas entre la realidad y la ficción.
Al final, ‘Follow me’ es una de esas películas que genera sentimientos encontrados. Por un lado, no consigue coger el rebufo de la última tendencia del cine de terror, ese nuevo filón que han encontrado de meter miedo en las famosas salas de escape que, por cierto, no sé qué tal habrán sobrevivido tras la pandemia.
Es que se nota demasiado que sus responsables intentan seguir la fórmula de la franquicia ‘Escape Room’ pasando a escenarios lúgubres y juegos retorcidos, pero, según avanza el metraje, nos damos cuenta de que, aparte de que tarda en arrancar, no es ‘Escape Room’. Aquella hacía acopio de escenarios abiertos, complicados y luminosos, con acertijos que generaban peligros a la vuelta de la esquina mientras que esta se quiere acercar más a la saga ‘Saw’, o esas parecen ser las intenciones que deja desde el juego inicial.
No es el enfoque correcto. Tras los primeros pasos de la trama, ‘Follow Me’ se siente más a gusto cuanto más cerca está de una película de David Fincher que no citaré para no hace posibles spoilers. Así lo revela su final, muy curioso, acertado y por lo que, verdaderamente, merece la pena el visionado del filme. Tarda, pero la película te termina ganando porque el final funciona, tanto a forma de crítica de la sociedad actual como por el impacto que genera al conseguir cierto in crescendo en su recta final.
El resultado puede parecer una amalgama de referencias, pero funciona con más o menos acierto como el entretenimiento que busca ser. Bien, sin grandes alabanzas.