Mei Lee, una niña de 13 años un poco rara pero segura de sí misma, se debate entre ser la hija obediente que su madre quiere que sea y el caos propio de la adolescencia. Ming, su protectora y ligeramente exigente madre, no se separa nunca de ella lo que es una situación poco deseable para una adolescente. Y por si los cambios en su vida y en su cuerpo no fueran suficientes, cada vez que se emociona demasiado (lo que le ocurre prácticamente todo el tiempo), se convierte en un panda rojo gigante.
Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien, o me reía tantísimo viendo una película. Es una pena que lo haya hecho en el sofá de mi casa porque unos directivos de Disney así lo hayan decidido porque el cine de Pixar es para pantalla grande y disfrute en sala de cine.
Cuando uno ve ‘Red’, inevitablemente piensa en que es una consecuencia lógica de ‘Del Revés’, pero tratada con el mismo mimo y cariño que aquella. Con una animación digital poderosa y una protagonista que es un auténtico huracán, el espectador se sube al carro de la propuesta antes de que hayan aparecido los créditos iniciales. Mei Lee me parece uno de los mejores personajes que ha creado Pixar en mucho tiempo y esa cuadrilla de amigas que tiene alrededor, amantes del grupo de música de moda, no puede ser más genial.
A partir de aquí, el cambio a panda se lee como una metáfora de la edad del pavo y caigo rendido por millonésima vez ante los responsables de esta productora por saber tratar tan bien el tema, la importancia de las relaciones familiares y sociales y, sobre todo, por atreverse a jugar, aunque sea mínimamente, con el tema de la primera menstruación. Porque ‘Red’ desprende cariño por el manga y el anime, además de mucha valentía, atrevimiento, cariño, color, risas y una moraleja de lo más estimulante.
No os la podéis perder, ni niños ni mayores.
El Alquimista Cinéfilo 