Sidney Prescott ha logrado olvidar los asesinatos cometidos en Woodsboro. Diez años después, convertida en una escritora de éxito, vuelve a su pueblo natal con motivo de la gira de promoción de su nuevo libro. Pero su regreso irá acompañado de una nueva ola de crímenes perpetrados por un viejo conocido: Ghostface.

Había pasado ya tiempo desde la última entrega de la saga. Es más, la daba ya por muerta y enterrada (grave error viniendo de Hollywood) cuando Wes Craven decidió sacarse de la manga una cuarta parte, convenciendo además a Kevin Williamson para tal tarea.
De esta forma, volvía el equipo creador del éxito, seguramente motivado por el hecho de que ‘Scream 3’ había dejado una sensación agridulce, de desgana general, como un cierre no muy digno a una saga que había dado grandes momentos al espectador. Es decir, era la oportunidad de redimirse y, a pesar de que, cuando la vi en el cine, no me entusiasmó en gran medida, su revisionado ha conseguido ponerla finalmente en su correcto lugar por muchas razones.
La primera porque, acertadamente, volvemos en muchos sentidos a los orígenes que propiciaron que hoy hablemos de franquicia. Williamson y Craven no se rompen la cabeza, se centran en las bases y, así, volvemos a Woodsboro, lugar de nacimiento de ghostface y donde sucedieron los crueles asesinatos de la primera entrega. El regreso da cierto grado de credibilidad que no aparecía en la tercera parte, donde se explotaba demasiado el juego de cine dentro de cine.
Además, el guión se ciñe mucho más a un desarrollo lógico de los distintos personajes que habían conseguido sobrevivir, situando a Sidney como autora de un libro en el que narra todo lo que ha vivido, al inútil policía Dewi ahora como sheriff del pueblo y que aún sigue con la intrépida Gale, aburrida ante la mundana y rutinaria vida del pueblo. Todo encaja, tiene sentido y da pie a los actores a seguir el juego.
Es más, por regresar, regresamos al mismo terreno con las víctimas, a la cacería de adolescentes a golpe de cuchillo, que no por esperado es menos satisfactorio. Tras una rebuscada secuencia inicial, sin inventar nada nuevo, es capaz de actualizar y refrescar el contenido, consiguiendo adaptarse muy bien a los nuevos tiempos incluyendo avances tecnológicos, jugando en terreno de streamers, volviendo a fiestas y mofándose de sagas que intentan reinventarse hasta con viajes temporales.
Cuando un guión está bien trabajado se nota y aquí hasta la vuelta de tuerca final funciona perfectamente bien. Estoy convencido de que ‘Scream 4’ es un deleite para los más fans. Un buen regreso, justificado y que da lo que promete.