Película sobre la actriz, pionera de la televisión, Lucille Ball. La historia se desarrolla durante una semana concreta de la producción de la exitosa serie de la época ‘I Love Lucy’ cuando Lucy y su marido, Desi Arnaz, se enfrentan a una crisis que podría terminar con sus carreras y también con su matrimonio.
Siguiendo de cerca la carrera de Aaron Sorkin, porque siempre me ha parecido un tío muy interesante, me ha sorprendido bastante la elección de la historia de su nueva película, ‘Being the Ricardos’ que se ha estrenado además un poco de tapadillo en Amazon. Se centra en la pareja formada por Lucile Ball y Desi Arnaz para hacernos viajar hasta los años 50, cuando ambos protagonizaban una serie de éxito multitudinario en televisión y estalla una noticia que pondrá su mundo patas arriba: Lucile es acusada de pertenecer al partido comunista.
A pesar de que creo que Sorkin se diluye un poco en pos de la historia que quiere contar, con un ritmo demasiado lento, lo cierto es que la película termina gustándome por diversos factores. El primero es que la trama engancha, estos argumentos que giran en torno a cazas de brujas dentro de Hollywood como ‘Buenas noches y buena suerte’ me resultan intrigantes. Me gusta saber quién está de cada bando o sospechar sobre quién puede traicionar a quién. Es un juego de poder interesante.
El segundo punto a favor es el guión, con un Sorkin que se mueve muy bien con la ambientación de época, la música y con el juego que le dan los diálogos de los actores entre bastidores, ensayos y preparación de escenas. Fundamental aquí el papel de los secundarios, quizás un poco desaprovechados, pero muy cumplidores.
El tercero y último, porque Nicole Kidman es un volcán en erupción. Bardem está muy bien, como casi siempre, pero es que Nicole está absolutamente arrebatadora y espectacular, comiéndose a sus compañeros de reparto como no hacía desde la época de ‘Los Otros’ y ‘Moulin Rouge!’. La Kidman es el eje principal sobre el que se mueve el film y, para cuando llega la resolución final, estás volcado, más que en la pareja, en ella, porque ella es el alma del film. Sin duda, Sorkin es un gran director de actores, logra que todos estén al cien por cien.
No os va a cambiar la vida, pero os contará una historia muy curiosa, entretenida y, sobre todo, se reconciliarán con el talento de una actriz maravillosa.