Los acaudalados hermanos Phil y George Burbank son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose, Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter.
Vamos a empezar diciendo lo mucho que me ha sorprendido esta película, porque es una de esas que, justo cuando parece que sabes de qué va y casi cómo va a terminar todo, te propone un golpe maestro que cambia por completo la percepción de la historia, y mira que es difícil en un género como este.
Dos hermanos intentan llevar el rancho heredado de sus padres, en un mundo de hombres, de machos muy machos, uno parece más conforme con este tipo de vida que el otro, al que parece faltarle algo. Cuando este se enamore y case con una mujer que lleva un restaurante, madre además de un chico ya mayor, el otro no lo verá con buenos ojos.
Hasta aquí podemos leer, porque a partir de aquí comienza la verdadera película, con ese mal rollo entre el personaje de Cumberbach y Dunst, siendo uno insufrible y la otra frágil. Con un ritmo pausado, el filme continúa la historia por el derrotero que más temíamos: la futura relación entre el indeseable y el hijo. Sabiendo cómo se comportan ambos parece que el choque puede ser inevitable, pero, en verdad, descubrimos una nueva capa sobre ambos personajes que nos lleva hasta un fatídico y sorprendente desenlace que, por lo menos a mí, me pilló completamente por sorpresa.
Benedict Cumberbach está cómodo en su papel del hermano fuerte, hastiado y fanfarrón. Es una variante de su Sherlock o de su Strange pero con la habilidad de sobresalir en los momentos decisivos. Plemons también está bien, acomodado en un papel más secundario que me parece un poco desaprovechado, aquí como el hermano comprensivo y benevolente. A destacar también a Kristen Dunst, actriz que siempre me ha convencido y que es capaz de transmitir rabia y dolor a partes iguales.
‘The Power of Dog’ me ha parecido una buena película, de esas que en temporadas de premios pueden rascar nominaciones o galardones de forma justa.