Cinta basada en el cómic homónimo. La oscura y peligrosa ciudad de Gotham tan sólo se halla protegida por su corrupto cuerpo de policía. A pesar de los esfuerzos del fiscal del distrito Harvey Dent y el comisionado de policía Jim Gordon, la ciudad es cada vez más insegura hasta que aparece Batman, el Señor de la Noche. La reputada periodista Vicky Vale intentará descubrir el secreto que se oculta tras el hombre murciélago.

En 1989, cuando hacer una película de un cómic era algo raro y me atrevería a decir que arriesgado, Tim Burton supo fundir perfectamente su estilo visual, con esa ciudad gótica de callejones oscuros y humo saliendo de las alcantarillas, con el mundo del hombre murciélago, dando como resultado una película que, a día de hoy, es un perfecto primer acercamiento a la dualidad Bruce Wayne / Batman.
La atmósfera que rodea cada uno de los fotogramas del film nos traslada a esa Gotham corrupta, de la que solo un héroe como él (y un villano como ese) pueden surgir para restablecer el orden. La icónica banda sonora de Danny Elfman o las canciones de Prince, que brillan especialmente según avanzamos hacia el gran clímax final con globos, sumada a la acción de tebeo, con el gran duelo final entre el bien y el mal, logran un blockbuster muy sólido en el que todo funciona a las mil maravillas.
Es cierto que, claro, tienes a Jack Nicholson haciendo de villano y es fácil que te robe el show con su carisma, su caracterización y sus bufonadas, pero Burton y un muy contenido Michael Keaton logran un buen equilibrio entre el misterio que envuelve a su protagonista, sus fantasmas interiores y su lucha contra el mal.
Así, según comienzan los títulos de crédito, estoy tan metido y tan subido a lo que sucede en pantalla, que me da igual las licencias que se toma respecto a la historia original. Luego está Kim Basinger, para quitar el hipo.
‘Batman’ es un film esencial para entender al hombre murciélago en el cine.