H es el misterioso tipo que acaba de incorporarse como guardia de seguridad en una compañía de blindados. Durante un intento de atraco a su camión, sorprende a sus compañeros mostrando habilidades de un soldado profesional, dejando al resto del equipo preguntándose quién es realmente y de dónde viene. Pronto se hará claro el verdadero motivo por el cual H está buscando un ajuste de cuentas.
Si cualquier otro se hubiese puesto detrás de las cámaras para rodar ‘Despierta la furia’, la habríamos juzgado de diferente forma. El problema es que se supone que esto viene de rodarlo Guy Ritchie, un tío con una forma muy peculiar de contar historias y que, además, tiene un marcado estilo visual… del que no hace gala en ningún momento del metraje.
Sí que es verdad que el guión «parece» estructurado por él, al contarlo por capítulos y meter por medio muchos personajes con apodos molones. Pero la aportación de Ritchie llega hasta ahí, con lo que parece que hace más bien un favor a su amigo Jason Statham para que logre una película que resalte un poco más en su carrera.
Esa es la conclusión que, en definitiva, podemos sacar de la entretenida ‘Despierta la furia’. Es una película al servicio de Statham, una de atracos sofisticados con dosis de testosterona y adrenalina para satisfacer su público directo. Ojo, porque quedarán encantados.
Pero si esperas ver la nueva maravilla de Ritchie espera sentado porque, en realidad, está muy comedido y apenas deja señas de identidad. Todo está bestialmente rodado, claro que sí, pero me faltan cosas que he visto en ‘Snatch’, ‘Rocknrolla’ o la saga ‘Sherlock Holmes’ que, aquí, no asoman.
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