Una crónica de los 22 años de carrera de la estrella de fútbol Roberto Baggio, incluyendo su difícil debut como jugador y las disputas con algunos de sus entrenadores.
Roberto Baggio, ¡Qué manía te tenía! Mi interés por el mundo del fútbol nace a raíz del gol de Ronald Koeman que le da la Champions al Barça y, mi siguiente recuerdo futbolístico, es el del Mundial de Estados Unidos del 94 (uno de los mejores eventos deportivos que recuerdo). Un chaval de apenas 9 años no podía creer que existiese una competición de enfrentamiento de países en un campo de fútbol. Era maravilloso. Recuerdo volcarme con la selección de Clemente y vi todos los partidos que pude. Lógicamente, la derrota ante Italia me dolió mucho, así que a este tipo de cogí tírria.
Ha llovido mucho desde ese Mundial, tanto que Baggio está retirado y los italianos han decidido hacerle un homenaje en forma de película de Netflix. Si uno ve todo lo que le sucedió al futbolísta, desde luego que coincide conmigo en que esto daba para algo mucho más grande que el semi-telefilm que se nos presenta. Las actuaciones no están mal, pero en ningún momento la película logra captar la grandeza del deporte rey. Se queda coja en según qué cosas y, aunque desde luego entretiene y me la he visto entera, pienso que se ha desperdiciado una oportunidad.
Repasamos la carrera del futbolista, sus inicios, viajamos al centro de su familia (aunque no se habla de su hermano Dino, que recuerdo que era más bien un paquete) de como ficha por la Fiorentina y una lesión casi trunca por completo su carrera. Más tarde, viajamos al Mundial, con Baggio ya como la estrella de la selección y su enfrentamiento con Sacchi, su padre futbolístico y los paralelismos que podríamos encontrar en la relación con su padre biológico. Como veis, hay material, pero todo se queda a medio estudiar. Un homenaje a un futbolista así, no puedes dejarlo en hora y media teniendo tanto que contar.
Tampoco paso por alto el hecho de que no se haga mención al partido contra España en aquel Mundial, ni al codazo a Luis Enrique. Me temo que, claramente, se ha obviado porque no es un buen recuerdo para nuestros amigos italianos.
Vamos, para pasar una tarde, al menos es curiosa.
El Alquimista Cinéfilo 