Un alienígena que acaba de aterrizar en el planeta toma la identidad de un médico de un pueblo de Colorado. Poco a poco le irá surgiendo un dilema moral con su misión secreta en la Tierra.
Es una pena que una tontería tan pasajera como pueda ser ‘Resident Alien’, se pierda por unos derroteros tan poco inspirados y quiera descubrir tantísimas cosas a la vez en su primera temporada, porque la verdad es que el punto de partida daba para algo mucho mejor que esto.
‘Resident Alien’ nos presenta a un enigmático extraterrestre cuya nave se estrella en las montañas nevadas de Colorado. Hasta poder recuperar su nave, decide mimetizarse como un humano más, pero su pacifica existencia se verá truncada cuando el médico del pueblo cercano muera y tenga que sustituirle.
Con este original punto de partida, lo que prometía ser un amable entretenimiento con Alan Tudyk haciendo de las suyas, termina volviéndose una tontería excesiva. Es una pena que los responsables no decidan continuar la línea argumental inicial, esa en la que parece que estamos ante un ‘Doctor en Alaska’ pero con «alien» de por medio. Algún productor decidió que era mejor ir metiendo más personajes y situaciones rocambolescas de las que, por si ya había aquí metido.
Y no todo funciona, es más, da la sensación de que los actores siguen el rollo encogiéndose de hombros y viendo hacia dónde quiere tirar la trama. No es un completo desastre, porque al final termina teniendo sus momentos graciosos empujados por las caras de Tudyk, un cómico infravalorado.
En resumen, que me he tragado la temporada entera por ver si esto iba hacia algún sitio y el resultado es muy desigual. Me gusta el arranque pero no el camino que está llevando. No sé si la segunda temporada llamará mi atención.
El Alquimista Cinéfilo 