Jack Carter trabaja en Las Vegas como asesino a sueldo; se encarga de ajustar las cuentas a quienes no pagan sus deudas. Sus métodos son expeditivos y violentos. Sin embargo, llega un momento en que el hastío que le produce su oficio provoca en él un drástico cambio en su forma de pensar, en su concepto del honor y de la familia.
Recuerdo que, cuando ‘Get Carter’ se estrenó en el año 2000, el bueno de Stallone no estaba en su mejor momento. De hecho, si vemos la carrera que tuvo a raíz de esta, lo cierto es que comenzó una cuesta abajo en los años siguientes que le costó retomar. Pero, a pesar de las licencias que se toma y de tratarse de un remake del film de Mike Hodges de 1971, lo cierto es que es un entretenimiento bastante digno. ¡Si hasta el bueno de Michael Caine se anima a participar!
En ‘Get Carter’ Sly hace de uno de esos tipos que ajustan las cuentas, en busca de repuestas sobre la muerte de su hermano. Sin nada que le diferencie de otros personajes, más allá de la perilla que se nos gasta, Stallone se limita a estar más serio de lo habitual, con el piloto automático encendido, conocedor de que esto es un vehículo para su lucimiento.
No hay problema porque tenemos secundarios que nos van alegrando el día. Me gusta ver aparecer por aquí a Miranda Richardson, Mickey Rourke, Rachael Leigh Cook, Alan Cumming o Tom Sizemore en papeles variados que enriquecen un poco la pobretona historia que, más o menos, te la sabes entera.
A partir de aquí, Sly está en su salsa repartiendo a diestro y siniestro mamporros a todo aquel que prolifere cosas en contra de su hermano. Sin ser nada del otro jueves, ‘Get Carter’, al menos, me ha entretenido la tarde.
El Alquimista Cinéfilo 