Augustine es un solitario científico que se encuentra en el Ártico, y que trata de contactar con una nave espacial que intenta regresar a la Tierra. Augustine quiere impedir que Sully y sus compañeros astronautas regresen a su hogar, donde se ha producido una misteriosa catástrofe global.
Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver… aquí hay una decisión artística o comercial con la que me estoy perdiendo. Si hay algo que queda claro después de ver ‘Cielo de medianoche’ es que hay que lanzar una pregunta que queda en el aire: ¿Qué narices haces aquí George?
En serio, puedo entender perfectamente que te marques el protagonismo de esta odisea hielo-espacial por un buen puñado de dólares, pero lo que no entiendo y me rechina completamente es tu decisión de dirigirla. ‘Suburbicon’, ‘The Monuments Men’, ‘Ella es el partido’, ‘Buenas noches y buena suerte’… uno echa un vistazo a todas y cada una de las películas que ha dirigido Clooney a lo largo del tiempo y, te pueden gustar más o menos, pero hay algo que está presente en cada una de ellas: el toque clásico. Clooney siempre se ha distinguido por dirigir proyectos más propios del cine posterior a los 70 que de «moderneces» como esta.
Porque ‘Cielo de medianoche’, además, no tiene absolutamente nada reseñable. Quizás un gran diseño de producción, sin duda y faltaría más viniendo de Netflix, pero por lo demás… NADA. Ni una escena, ni un personaje, ni un diálogo con miga… todo lo que aparece lo hemos visto cien veces más adaptado de una forma u otra y con mucha mejor fortuna. Porque, encima, tiene la poca decencia de ser sumamente aburrida. Sin duda, lo más reseñable es la banda sonora de Alexandre Desplat.
¿Qué haces aquí George? Es que, encima, es el principal reclamo del film, «del oscarizado George Clooney». Vuelve a tu senda, ese camino era el correcto.