Una escritora de éxito decide hacer un crucero con dos de sus mejores amigas para sanar viejas heridas y, de paso, disfrutar de unos días de diversión. Por su parte su sobrino, que también se apunta al viaje, comienza una relación con la agente literaria de su tía.
Hay gente a la que ni el Coronavirus ha detenido y, aunque ha amenazado en más de una ocasión con dejarlo todo y dedicarse a otra cosa, Steven Soderbergh siempre termina volviendo a la acción cámara en mano y con tres o cuatro guiones por filmar. Pero al bueno de Steven, en este caso, le recomendaría que se tomase un descanso para pulir mejor todas y cada una de las ideas que tiene en la cabeza. Rodar mucho no es sinónimo de rodar bien.
‘Déjales hablar’ arranca de forma interesante, con el viaje que emprende una escritora (Meryl Streep, tan esforzada como siempre) con dos de sus amigas y su sobrino, en crucero, para analizar sus relaciones y recordar distintos momentos de su vida. Pero en cuanto comienza a desarrollarse la acción, encontramos los primeros problemas de la producción pues, no sé si estoy ante un drama poco inspirado o ante una comedia con tintes románticos… o una mezcla de ambas. Intento dejarme llevar, pero no engancho con la trama en ningún momento,
Además, a Soderbergh se le ve poco inspirado y no logra sacar todo el partido del reparto que tiene (Dianne Wiest, Candice Bergen…) y aunque el guión busca sorprenderte, lo que más consigue es desconcertarte. Basta con echar un ojo a alguna de las tramas y el desarrollo de las mismas.
Así, ‘Déjales hablar’, es otra muesca en el revólver del director, que pasara con más pena que gloria y de la que es raro que nos acordemos pasados unos días. Quizás, lo más destacable, es la banda sonora de Thomas Newman.