Cuando Enola, la hermana adolescente de Sherlock Holmes, descubre que su madre ha desaparecido, no duda en emprender su búsqueda. Tendrá que emplear todas sus dotes detectivescas para que su famoso hermano no dé con ella. Y para desentrañar la conspiración en torno a un misterioso y joven lord.
Venimos de una época de tan buenos, actualizados y entretenidos Sherlocks en la pantalla grande (Robert Downey Jr.), y en la pequeña (Benedict Cumberbatch), que parece mentira lo que sucede con ‘Enola Holmes’ viendo el reparto que maneja (Millie Bobby Brown, Henry Cavill o Helena Bonham Carter). Además, dada la reciente vertiente «femenina», parecía el momento oportuno para llevar a cabo este proyecto.
Pero llama mucho, muchísimo la atención lo poco avispado que está su director Harry Bradbeer, ofreciendo un producto tan pasado de moda, tan caduco y aburrido. Su montaje tampoco ayuda nada, recalcando lo obvio y dando al traste con cualquier tipo de ritmo (la narración se ve constantemente interrumpida y, así, es imposible engancharse a la historia).
Las ganas que le tenía a esta adaptación se van disolviendo como el azúcar en un vaso de agua según van pasando los primeros minutos del film. Muy bonito el truco de «romper la cuarta pared» y funcionaría si no fuese porque es un recurso que se utiliza cada dos minutos. Termina tan agotado, termina siendo tan infantil a ratos, las escenas de acción tan insustanciales que matan cualquier atisbo de originalidad en la película. Lo más reseñable es Millie Bobby Brown.
‘Enola Holmes’ es una película previsible, que se hace muy, pero que muy pesada. Me da igual si Enola encuentra o no a su madre y si ese Sherlock encorsetado hace algo por ayudarla.