Basada en la historia de la mansión Winchester, situada en California, a 50 millas de San Francisco. Este edificio victoriano fue construido por la heredera del creador de los rifles Winchester, Sarah Winchester, y su convicción de que los fantasmas la acosaban le llevó a construir más de 160 habitaciones, con escaleras que no llevaban a ninguna parte y puertas que al abrirse descubrían un muro… Todo con la intención de esquivar a los seres del otro mundo.
Será que, como hacía algún tiempo que no veía una película de miedo, me he dejado engatusar con facilidad por la premisa que proponía ‘Winchester: La casa que construyeron los espíritus’, amén de que reconozco que tengo el “cagómetro” bastante bajo.
El film se basa en la poderosa y original historia que hay detrás de la famosa mansión ubicada en San José (California, Estados Unidos). Una mansión “encantada” de cera de 24.000 m² que fue la residencia de Sarah Winchester, la viuda del magnate inventor del rifle de repetición William Wirt Winchester. Lo curioso es que aquel fabuloso hogar estuvo en constante construcción hasta el fallecimiento de la viuda. La misteriosa mansión es considerada por todos como uno de los lugares más embrujados de los Estados Unidos.
No os voy a negar que tras su arranque, tuve un amago de pegar una cabezada. No sabía muy bien lo que esperar del film, pero desde luego todo me parecía muy de cajón. Una vez que el personaje de Jason Clarke llega a la mansión, todo cambia. La película nos adentra en ese curioso paraje repleto de pasillos interminables e innumerables habitaciones. Además, tiene algún susto, aunque un poquito de manual, lo suficientemente currado (como es el del espejo).
Todo esto muy bien explicado por el personaje central interpretado por la siempre correcta Hellen Mirren, cuya presencia llena la pantalla. Aun así, da la impresión de que está pelín desaprovechada y se podría haber jugado mucho más con el matiz de saber si la viuda estaba o no loca. También es cierto que hay un manual de tópicos que el film es incapaz de escapar, quizás también por el hecho de no entorpecer ni modificar la historia con la que están jugando.
Pero ‘Winchester: La casa que construyeron los espíritus’ es un film entretenido, que, como tiene los suficientes elementos, gustará a los aficionados al cine de terror.